En el año 1886 sus aguas carbonatadas fueron declaradas de utilidad pública y se inició su comercialización. Más tarde, en 1927, justo en el punto donde se encontraba esa fuente natural, se construyó una nueva capilla que quedaba incluida en el espacio que entonces ocupaba la finca de la Casa Vicens.
La familia Herrero-Jover, que vivió en la casa de 1899 a 2014, empezó a abrir las puertas del jardín cada 22 de mayo para que se pudiera seguir la tradición. Y es que hacía años que el vecindario se acercaba a la calle Carolines para celebrar el día de Santa Rita y beber agua de la fuente natural de agua mineromedicinal ubicada en la esquina de la actual Avenida de la Riera de Cassoles tocando con la calle de les Carolines.
En 1946, sin embargo, la familia Jover puso a la venta varias parcelas del jardín y la finca se segregó. Con esta división del terreno, la capilla de Santa Rita quedó separada del resto de la casa, y en 1963, con la venta de la parcela donde estaba ubicada, la capilla se derribó para construir un gran bloque de edificios.
A pesar de la desaparición del templete, Santa Rita persiste en la memoria colectiva del barrio a través del nombre de algunos establecimientos y de un gran número de vecinas llamadas Rita en honor a la patrona de los imposibles. Desde 2017, tras la rehabilitación, musealización y apertura al público de Casa Vicens, se mantiene el compromiso de dar continuidad a la tradición e instaurar esta fecha como una jornada especial para que el vecindario pueda rendir homenaje a la santa.
Cada 22 de mayo, durante la mañana, delante de Casa Vicens se sitúa un puesto de venta de velas y rosas solidarias cuyo importe íntegro se destina a una entidad social del barrio de Gràcia. Posteriormente los vecinos y vecinas se acercan a la iglesia de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, ubicada al lado de Casa Vicens, para celebrar la tradicional misa de Santa Rita y encenderle velas a la imagen de Santa Rita que se custodia en dicha iglesia desde 2014. Por último, en el jardín de Casa Vicens se realiza la bendición de las rosas de Santa Rita mientras se piden los “imposibles” que desean cumplirse los siguientes 365 días.