En 2014, casi 130 después de que finalizará su construcción por parte de Antoni Gaudí, la Casa Vicens se puso a la venta.
Entre los múltiples usos que esta casa podía llegar a tener, la propuesta de compra presentada por MoraBanc para convertirla en casa museo fue aprobada. La entidad bancaria, de referencia en Andorra, comprometida ya con proyectos culturales, deportivos, educativos y medioambientales, invirtió en Casa Vicens con la sensibilidad que requería esta apuesta por la cultura y la recuperación de un edificio catalogado como Patrimonio Mundial por la Unesco.
El proyecto presentado tenía una premisa muy clara: recuperar al máximo posible y poner en valor la casa original proyectada por Antoni Gaudí entre los años 1883 y 1885, dado que el edificio y la finca habían sufrido varias transformaciones desde su primera construcción.
Los trabajos de restauración de este Patrimonio Mundial Unesco comenzaron en el mes de marzo de 2017 y permitieron descubrir las policromías originales escondidas bajo las diversas intervenciones realizadas a lo largo de su historia.
En el recibidor las paredes habían sido repintadas con una pintura de color crema que, con su eliminación en seco dejó al descubierto una combinación de tonos rojos y cobrizos en los diferentes elementos decorativos del espacio. Además, en este espacio de recibidor, la estructura de vigas y casetones formalizados a base de repeticiones, presentaban patologías antrópicas, filtraciones del baño de la planta superior y la falta de dos unidades.
La siguiente estancia de esta planta noble es el comedor, donde se apreciaba un oscurecimiento de la capa de la superficie policromada, junto con intervenciones anteriores, coincidiendo con zonas de filtraciones de agua. Por ejemplo, el esgrafiado vegetal de hiedras de una de las paredes, se había repintado con tonos verdes y purpurina. La limpieza con disolventes gelificados permitió reconocer de nuevo los detalles de las nervaduras interiores de las hojas, además de los degradados del color verde.
Anexa a esta estancia, en la tribuna, el techo mostraba una gran presencia de sales provenientes de una mala impermeabilización de la terraza superior, además de una repintada generalizada de color marrón. Una vez eliminada la capa de pintura y saneados los esgrafiados en mal estado, se reprodujeron y reintegraron.
En esta tribuna también se trabajó en la recuperación de un elemento neurálgico de la fachada de Gaudí: la fuente. Una pieza clave constituida por una base circular de recogida de aguas, un cuerpo principal y una estructura metálica superior que había desaparecido debido a diversas intervenciones. Se recuperó tanto la base como el cuerpo principal, y se utilizó documentación fotográfica para reconstruir la estructura metálica superior.
La siguiente estancia, la sala fumador, de estilo mozárabe, presentaba un color crema en los azulejos de cartón piedra donde, gracias a diversas calas, se descubrió que el color original que escondían estos azulejos era el azul, con diferentes tonalidades de verde para las hojas y dorado para los detalles de los relieves. Casa Vicens es uno de los pocos edificios que conservan a día de hoy azulejos realizados en cartón piedra, una técnica muy distintiva del Modernismo.
Saliendo de la planta noble, en el rellano de la escalera de la primera planta, se recuperaron los estucos planchados, escondidos bajo una capa de pintura blanca, que dejaron al descubierto, como testimonio, la policromía original de la sección de la escalera de Gaudí.
En la primera planta se realizaron una serie de calas para determinar la policromía de las diversas decoraciones situadas en las paredes y techos. Gaudí relaciona cada una de las estancias consigo misma y entre ellas, tanto a nivel cromático como simbólico. Esta interrelación se entiende más a medida que se recuperan policromías originales más intensas y oscuras.
La propuesta museológica de Casa Vicens como casa museo se centró en la recuperación y en la difusión de la primera casa de Gaudí, tal y como el arquitecto la concibió originalmente.
Dentro de este proyecto se explica, por un lado, la configuración de Casa Vicens y los cambios y transformaciones sufridos a lo largo de su historia, con tres espacios claramente diferenciados: la construcción original de 1883, obra de Antoni Gaudí, la ampliación realizada en 1925 por Joan Baptista Serra de Martínez y el jardín que lo rodea.
Por otro lado, se pone de relieve la recuperación de los espacios gaudinianos originales, gracias a un trabajo riguroso y un proceso de restauración cuidado y meticuloso.
Las zonas correspondientes a la ampliación de 1925 se adaptan para dar cabida a los diferentes servicios que un espacio museístico y cultural requiere, con un proyecto firmado por los estudios de arquitectura Martínez Lapeña – Torres Arquitectos y DAW Office- arquitectónico-contemporánea. Una intervención respetuosa con la obra original, al mismo tiempo que atrevida en su formalización, que pone en valor y maximiza su funcionalidad, continuando el espíritu innovador propio de la casa.
Por fin, el 16 de noviembre de 2017, después de tres años de rehabilitación y restauración, Casa Vicens abrió sus puertas al mundo como casa museo.
En la actualidad, la visita a Casa Vicens es imprescindible para conocer los inicios de la obra arquitectónica de Gaudí y entender su legado posterior.
La visita a los espacios gaudinianos se completa con una exposición permanente en torno a tres ejes: la historia de la Casa Vicens, la Casa Vicens como imprescindible manifiesto de la obra de Gaudí, y la casa en su contexto social, cultural y artístico. Además, en esta planta se puede disfrutar de algunas piezas originales de mobiliario.