Las influencias de Casa Vicens

Cuando paseando distraídamente por la calle de les Carolines del barrio de Gràcia, nos encontramos -de repente- la Casa Vicens y su multitud de baldosas, colores, cúpulas y arcos. Todo un conjunto que, de buenas a primeras, nuestro ojo inexperto no asocia directamente al arquitecto Antoni Gaudí. Las torres, los arcos de las ventanas o los motivos de los postigos nos transportan a países lejanos …

Las formas de la Casa Vicens son muy diferentes de las formas de Gaudí a las que estamos acostumbrados. La Casa Vicens está considerada como una de las obras que pertenece a la llamada etapa orientalista (1883-1888) dentro de los diferentes períodos en los que se clasifica la obra del arquitecto Antoni Gaudí.

En la Escuela de Arquitectura, en su etapa de estudiante, Gaudí pudo observar y estudiar, mediante grabados, fotografías y tratados de ornamentación, el lenguaje arquitectónico de los edificios y otras construcciones de países como Egipto, Marruecos, el India y, incluso, Japón; pero también el de las arquitecturas islámicas presentes en la Península Ibérica, especialmente en Córdoba, Granada y Sevilla. Estructuras de linternas, lucernarios y minaretes, el uso profuso de la cerámica y los motivos ornamentales de estas arquitecturas lejanas forman parte de las fuentes de conocimiento de las que bebió el arquitecto.

La colección de láminas del fotógrafo Jean Laurent -laminas que formaban parte del fondo de la Escola Provincial d’Arquitectura de Barcelona  y a las que Antoni Gaudí tuvo acceso y pudo estudiar con detenimiento, tal como anotó en su cuaderno- son un ejemplo de estas fuentes de conocimiento. Si comparamos una de las imágenes de Jean Laurent con un

detalle de la Casa Vicens, no es pues casual que, al observar la fachada de la Casa Vicens, se pueda apreciar la influencia de estas arquitecturas orientales, sobre todo en las torres y cúpulas situadas en las diferentes esquinas de la cubierta.

Gaudí se inspiró en una arquitectura exótica para crear un espacio que transportara su cliente, Manel Vicens i Montaner, a un mundo lejano y diferente del ambiente de la Barcelona de finales del XIX.

Aunque la influencia oriental es la más evidente en Casa Vicens, no podemos olvidar la influencia clásica que encontramos en el suelo de diferentes estancias de Casa Vicens, con un pavimento de mosaico romano de opus tessellatum (composición griega y romana realizada mediante la incrustación de teselas, pequeñas piezas de piedra o cerámica) que Gaudí volverá a utilizar en otras obras posteriores.

 

[1] Hace referencia al llamado Manuscrit de Reus, un cuaderno en el que Antoni Gaudí anotó toda la relación de láminas de Jean Laurent. Museo Salvador Vilaseca.

Descubre Casa Vicens, el Gaudí inédito

La primera casa del gran arquitecto del Modernismo. Declarada patrimonio mundial por la UNESCO.

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