Los vecinos de Gràcia

«Extraordinaria», «interesante», «diferente» … así definen la Casa Vicens algunos de los 1.700 vecinos del Carrer de les Carolines y d’ Aulèstia Pijoan que la visitaron el pasado fin de semana.

Por fin han podido entrar en una casa emblemática de su día a día, que siempre les había cautivado y han podido pasear por su interior observando cada detalle. La casa que hace unos años los niños llamaban la casa de la bruja se ha transformado en la casa de la princesa.

La mayor parte de ellos aseguran que tuvieron una bonita sorpresa cuando, al abrir el buzón, encontraron una invitación para visitar el emblemático edificio antes de que el día 16 abra al público general. Este gesto de los nuevos gestores de la casa es una declaración de intenciones: las puertas se abren para todos, pero sobre todo por los que siempre han convivido con ella. Para todos aquellos que todavía guardan el recuerdo de cuando iban a buscar agua a la fuente de Santa Rita.

La Casa Vicens quiere ser un contribuyente más al hervidero de actividades cívicas, culturales y artísticas que ha atraído históricamente a la burguesía y a los profesionales liberales, que han contribuido a alimentar una identidad propia en una de las zonas más populares de la capital catalana. Por lo tanto, la proliferación de edificios modernistas en la Vila de Gracia no es fruto del azar.

Otro ejemplo del carácter genuino de este barrio de Barcelona, que fue un municipio independiente entre 1850 y 1897, es su fuerte tejido asociativo, con más de 250 entidades, de las que 4 de cada 10 tienen relación con actividades culturales. Una muestra clara de esta cohesión entre los gracienses son las fiestas del distrito, que se celebran en el mes de agosto: vecinos y vecinas trabajan codo con codo durante meses para idear una decoración para su calle, que durante unos días se transforma para teletranspor a los vecinos hasta otras partes del mundo, como el Polo Norte o Hawái, e incluso hasta lugares imaginarios, como la galaxia de Star Wars o el mundo azul de Avatar.

Uno de los otros rasgos distintivos del barrio es su comercio. Los callejones de Gracia están llenos de establecimientos que hacen frente a la globalización y ofrecen productos singulares y artesanales que no se pueden encontrar en ningún otro lugar. Actualmente, la Vila de Gracia es un barrio bien conectado en transporte público y también se puede llegar a pie desde el centro de Barcelona, ya que solo hay que subir el paseo de Gracia. Donde las grandes avenidas se convierten en callejones, allí comienza la Vila de Gràcia.

Descubre Casa Vicens, el Gaudí inédito

La primera casa del gran arquitecto del Modernismo. Declarada patrimonio mundial por la UNESCO.

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